lunes, 11 de febrero de 2013

Hoy dejé fbook. Lo cerré. Sé que no por siempre, porque sus malditos creadores...esos asquerosos traficantes de vidas virtuales, no dan esa opción. Es como un pacto firmado con sangre. Hasta que la muerte nos separe. Por eso, basta con volver a poner mi clave y listo...soy suya de nuevo.
Maldito sea mi voyerismo y maldito sea mi exhibicionismo, pero carajo!!! sólo soy mujer, qué más puedo hacer?

  Me encanta maldecir, en general sólo lo hago por dentro, escribirlo es un GRAN PASO. Creo es algo muy zen, porque "como es por fuera, es por dentro" y mi dentro está lleno de maldiciones que entregar, pero éstas no salen de mi boca con la urgencia que requiere el momento, dejando así, un afuera no maldito. En resumen, dejando toa la wea desequilibrada...lo cual es muy anti zen.

Si yo tuviera más calle (shiaa guaa looo ki paaa) o tuviera más años (malditos mocosos todos ustedes)
las cosas serían más fáciles. Porque esta gente no se guarda nada.

Anoche volvía a casa en bicicleta y un anciano con bastón y lentes, bien parecido al abuelito dulce de la peli Up, me gritó, levantando el bastón en plan de protesta: ASESINAAA, y sin luces todavía!!!( no le he puesto luces a mi cleta, por dejación y estética). A los segundos de adelantar al anciano, escucho cómo le decía a otro pobre ciclista : "Y tú, otro asesino  más". Y digo pobre, pq seguro no estaba preparado para oír tamaña acusación. Yo sí, pq mi hermana ya había visto al abuelo insultando y agarrando a bastonazos a unos ciclistas, así que cuando se puso a aletear y a echarme la foca, no me sentí ofendida, pq ya sabía que no era nada personal.


Ese hombre sí que debe dormir tranquilo, sin pensar "debí haber dicho esto o aquello" pq es un bulímico verbal. Más zen, imposible.
 Quiero ser abuela pa maldecir con razón y prestancia y usar mi bastón, como el gemelo malvado del abuelito de Up ( the real malo). Incluso podría tener un bastón anatómicamente diseñado para maldecir. Le diría a mi nieto ( que será algo así como Iron Man) que lo cree para mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario